Me detengo en una tienda y mientras saco dinero de mi
bolsillo le pregunto al señor que la atiende:
-¿Tendrá una coca bien fría que me venda?
El señor voltea a verme, gira su mirada hacia su lado
izquierdo y mientras mira un enorme refrigerador color rojo repleto de
coca-cola, me dice:
-Mmm… creo que si.
Un poco apenado, termino por sacar el dinero para pagarle,
cuando se me acerca un señor un poco desaliñado con una botella del mismo líquido bajo el brazo:
-¿Me regalas una moneda para que me compre un refresco?
Veo fijamente la coca-cola que trae bajo el brazo y mientras
recibo mi cambio le digo:
-No tengo.
Y así, me alejo feliz de haber cumplido con mi cuota diaria de
sarcasmo.