jueves, 28 de abril de 2011

De infantilismo.


Con el día del niño a la vuelta de la esquina, me quede pensando en las reacciones de Mourinho y Ronaldo después del partido Madrid-Barcelona de ayer y es que lejos de aceptar la derrota se han inventado excusas ridículas.


Cabe aclarar, yo le voy al Real Madrid (La institución) y no al equipo de este momento, al Madrid de Hugo Sanchez (aunque en si Hugo no me cae nada bien) Michell y Butrageño.

En fin, no queda mas que mandarles una felicitación a Mourinho y Ronaldo: ¡Feliz día del Niño!



Y hablando de niños... les presento a Baerke van der Meij, de tan sólo 18 meses de edad quien firmó recientemente un contrato de 10 años con el club VVV-Venlo, donde también militó su abuelo.




martes, 19 de abril de 2011

Lo risible del enojo


La semana pasada estuve saliendo con tiempo de sobra hacia mi trabajo, me daba la oportunidad de no ir "a la carrera" y de disfrutar un poco más del paisaje de la Ciudad de México.

Uno de esos días y con la tranquilidad que me otorgaba la hora y cuarenta y cinco minutos (normalmente hago una hora hacia mi trabajo) con la que había salido de mi casa; me subí al microbus. Ya sentado le subí el volumen al Ipod, sonaba "Lovely Day" cantada por Bill Withers, canción que re-descubrí gracias al soundtrack de la película "127 horas" película, por cierto, ampliamente recomendable.

Fue entonces cuando mi mirada se poso en una señora que parecía vociferar algo, algo que gracias a la voz de Bill (y gracias a Dios) no podía escuchar, reconocí en ella un "tic" mío, movía incesantemente la pierna como muestra de desesperación; una y otra vez volteaba a ver en que parte del trayecto íbamos y si algún otro pasajero osaba tocar el timbre para bajar, su cara se descomponía haciendo muecas y gestos haciendo mostrar su enojo. Esta escena se repetía constantemente, vociferaba, tic de la pierna, volteaba ver por dónde iba y se enojaba si alguien detenía el trayecto del transporte publico... esta escena francamente me parecía muy chistosa, sobre todo si tomamos en cuenta que yo iba con tiempo de sobra a mi destino.

Solo me quede pensando en tres cosas cuando la mujer bajo apresuradamente del microbus.

1.- Si yo hubiera salido tarde de mi casa no me hubiera subido a un microbus, hubiera tomado un taxi.

2.- Que ridículos podemos vernos cuando nos enojamos.

3.- Bueno, si me veo ridículo... muy mi enojo ridículo. Como dijeran las abuelitas... tendré dos trabajos...